O
Ancião
RivkahCohen
A
sabedoria veio devagar...
no
seu peito fez ferida,
nos
joelhos deixou as marcas
e a
dor de tantas caídas.
Nunca
deixou de sonhar
mas como para tudo existe medida
aprendeu que não pode se afobar.
Lentamente a sabedoria vem
sem
fazer barulho, sem alertar ninguém.
Ela
vai embranquecendo os cabelos,
vai
franzindo a testa,
vai
recolhendo os dedos
e
deixa-se de apontar,
pois
reconhecesse que existe mais erro
no
fato de se julgar.
Vai ficando só com o que precisa
e
já olha sem cobiçar,
pois
tudo é tão pouco na hora que se vai pesar!
Até o andar
do ancião é devagar,
porque sabe que não adianta ter pressa,
pois quando for a hora, tudo há de se realizar!
Observa
tudo, mas fica mudo
porque sabe qual é a melhor hora de falar.
Vive
tranqüilamente com a solidão,
e
administra com maestria.
Assim
vive o ancião,
em
paz com a sabedoria.
El Anciano
RivkahCohen
La sabiduría llegó lentamente,
en su pecho se formo una herida,
en las rodillas dejó las marcas
y el dolor de tantas caídas.
Nunca dejó de soñar
pero como para todo existe medida,
aprendió que no se puede apresurar.
Lentamente la sabiduría llega
sin hacer ruido, sin a nadie alertar.
Ella va emblanqueciendo los cabellos,
va frunciendo el ceño,
va encogiendo los dedos
e deja de señalar,
pues reconoce que existe más falta
al juzgar.
Quedase solamente con lo necessario
y mira ya sin ambicionar,
pues todo significa tan poco a la hora que se pesará.
Hasta el caminar del anciano es lento,
porque sabe que no importa la velocidad,
pues cuando fuese la hora, todo se habrá de realizar.
Observa todo, pero calla
porque sabe la mejor hora de hablar.
Vive tranquilamente con la soledad,
y administra todo con maestría.
Así vive el anciano,
em paz con la sabiduría
Traducido por Patricia Sofía Velezmoro Sánchez.