El Anciano
RivkahCohen
La sabiduría llegó lentamente,
en su pecho se formo una herida,
en las rodillas dejó las marcas
y el dolor de tantas caídas.
Nunca dejó de soñar
pero como para todo existe medida,
aprendió que no se puede apresurar.
Lentamente la sabiduría llega
sin hacer ruido, sin a nadie alertar.
Ella va emblanqueciendo los cabellos,
va frunciendo el ceño,
va encogiendo los dedos
e deja de señalar,
pues reconoce que existe más falta
al juzgar.
Quedase solamente con lo necessario
y mira ya sin ambicionar,
pues todo significa tan poco a la hora que se pesará.
Hasta el caminar del anciano es lento,
porque sabe que no importa la velocidad,
pues cuando fuese la hora, todo se habrá de realizar.
Observa todo, pero calla
porque sabe la mejor hora de hablar.
Vive tranquilamente con la soledad,
y administra todo con maestría.
Así vive el anciano,
em paz con la sabiduría